Francesc Ferrer i Guàrdia, Anselmo Lorenzo y La Escuela Moderna.
Albert Esteruelas Teixidó
María Teresa Valbuena de la Fuente
Hace algunos años, bastantes ya, el profesor Delgado, en una de sus clases de doctorado, nos proponía realizar un estudio sobre alguno de los importantes traductores de la Escuela Moderna de Francesc Ferrer i Guàrdia. Se trataba de optar o bien por Cristóbal Litrán o por Anselmo Lorenzo. Por aquel entonces, la pura intuición nos llevó a decidirnos por el estudio de la figura emblemática del masón y anarquista toledano.
Fue una de esas decisiones que se basan más en la premura que en el conocimiento del tema. El profesor Delgado sentía una admiración importante y sincera por esta significada figura del movimiento obrero español. No fue difícil descubrirlo. En una de esas tardes inolvidables y apacibles de estudiante, haciendo honor a su cátedra, impartió en su despacho, a un reducido grupo de alumnos, una de esas clases magistrales a la que tenía acostumbrado a los jóvenes interesados en escucharle. Fue un hecho definitivo que suscitó nuestro interés por el tema.
Poco a poco fui descubriendo que tras la risa socarrona de nuestro querido profesor se escondía un volumen de trabajo desalentador. Así es que pedí soporte a una amiga mía a quien el personaje le resultó tan interesante que su implicación acabó por convertirla en el motor del estudio. Ese junio y julio recorrimos varios archivos de Barcelona y, por esas casualidades de la vida, en agosto, mientras se jugaban las medallas olímpicas en Barcelona, pudimos consultar la colección completa del diario menorquín El Porvenir del Obrero, una publicación dirigida por Joan Mir i Mir y en la que, como en tantas otras, eran frecuentes las colaboraciones de Lorenzo. El mahonés Mir i Mir había sido estudiado por el historiador menorquín Josep Portella, a quien pudimos conocer y quien nos ofreció algunas de las cartas que Anselmo Lorenzo le había enviado a Mir i Mir y que él había coleccionado pacientemente. La de Lorenzo y Mir i Mir se trataba de una relación de amistad entre dos anarquistas separados por un mar y unos cuantos años. Viejo y achacoso, uno; joven, cambiante y dubitativo, el otro. Poco a poco y de manera contundente, la figura de Lorenzo se agigantaba.
El caso es que quedamos tan fascinados por la figura del toledano que la redacción del pequeño trabajo quedó en un segundo término, sobrepasado ampliamente por la recopilación de material. Sólo pudimos dar a conocer una pequeña parte de nuestra labor. Es nuestro sino, tampoco en el presente trabajo podremos plasmar narrativamente toda aquella investigación, sólo el caudal biográfico de Lorenzo Asperilla da para un centenar de páginas; si añadimos el bibliográfico, el río se desborda irremisiblemente.
Vamos, pues, a pergeñar el papel de este viejo anarquista en la obra y vida de Ferrer. En primer lugar, nos referiremos a la autoría de la obra La Escuela Moderna, pasaremos luego a analizar la relación personal entre ambos y, finalmente, nos referiremos a la tarea desarrollada por Lorenzo en la institución educativa de Ferrer.
Albert Esteruelas Teixidó
María Teresa Valbuena de la Fuente
Hace algunos años, bastantes ya, el profesor Delgado, en una de sus clases de doctorado, nos proponía realizar un estudio sobre alguno de los importantes traductores de la Escuela Moderna de Francesc Ferrer i Guàrdia. Se trataba de optar o bien por Cristóbal Litrán o por Anselmo Lorenzo. Por aquel entonces, la pura intuición nos llevó a decidirnos por el estudio de la figura emblemática del masón y anarquista toledano.
Fue una de esas decisiones que se basan más en la premura que en el conocimiento del tema. El profesor Delgado sentía una admiración importante y sincera por esta significada figura del movimiento obrero español. No fue difícil descubrirlo. En una de esas tardes inolvidables y apacibles de estudiante, haciendo honor a su cátedra, impartió en su despacho, a un reducido grupo de alumnos, una de esas clases magistrales a la que tenía acostumbrado a los jóvenes interesados en escucharle. Fue un hecho definitivo que suscitó nuestro interés por el tema.
Poco a poco fui descubriendo que tras la risa socarrona de nuestro querido profesor se escondía un volumen de trabajo desalentador. Así es que pedí soporte a una amiga mía a quien el personaje le resultó tan interesante que su implicación acabó por convertirla en el motor del estudio. Ese junio y julio recorrimos varios archivos de Barcelona y, por esas casualidades de la vida, en agosto, mientras se jugaban las medallas olímpicas en Barcelona, pudimos consultar la colección completa del diario menorquín El Porvenir del Obrero, una publicación dirigida por Joan Mir i Mir y en la que, como en tantas otras, eran frecuentes las colaboraciones de Lorenzo. El mahonés Mir i Mir había sido estudiado por el historiador menorquín Josep Portella, a quien pudimos conocer y quien nos ofreció algunas de las cartas que Anselmo Lorenzo le había enviado a Mir i Mir y que él había coleccionado pacientemente. La de Lorenzo y Mir i Mir se trataba de una relación de amistad entre dos anarquistas separados por un mar y unos cuantos años. Viejo y achacoso, uno; joven, cambiante y dubitativo, el otro. Poco a poco y de manera contundente, la figura de Lorenzo se agigantaba.
El caso es que quedamos tan fascinados por la figura del toledano que la redacción del pequeño trabajo quedó en un segundo término, sobrepasado ampliamente por la recopilación de material. Sólo pudimos dar a conocer una pequeña parte de nuestra labor. Es nuestro sino, tampoco en el presente trabajo podremos plasmar narrativamente toda aquella investigación, sólo el caudal biográfico de Lorenzo Asperilla da para un centenar de páginas; si añadimos el bibliográfico, el río se desborda irremisiblemente.
Vamos, pues, a pergeñar el papel de este viejo anarquista en la obra y vida de Ferrer. En primer lugar, nos referiremos a la autoría de la obra La Escuela Moderna, pasaremos luego a analizar la relación personal entre ambos y, finalmente, nos referiremos a la tarea desarrollada por Lorenzo en la institución educativa de Ferrer.
Pròxim post: Sobre la autoría de La Escuela Moderna (I)
2 comentaris:
Hi han personatges que atrapen, i suposo que aquests ho són.
Promet això de "polèmic". Tot i que el tema de la pedagogia no és superpopular, cal com a mínim que tinguem una noció d'aquestes coses i personatges. Suposo que controvertits. Sobretot com bé dius, de l'obra.
En tot cas és un "treball" amb el que m'ho vaig passar molt bé, donat l'avorriment del què sovint envoltem els temes acadèmics o culturals.
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